Durante los últimos años hemos asistido a una progresiva degeneración de las organizaciones sindicales del sistema, CCOO y UGT, que mediante millonarias subvenciones públicas han sido compradas para pasar a defender los intereses de las empresas en lugar de los de los trabajadores. No es compatible luchar contra medidas y leyes impuestas por los gobiernos que son lesivas para los trabajadores, mientras cobras millones de euros de esos mismos gobiernos.
Pero si esta situación no fuera suficiente, el trato que estas organizaciones han dado en los últimos tiempos a sus propios trabajadores alcanza grados de indignidad nunca antes vistos en el movimiento obrero. El último caso que ha salido a la luz es el dos trabajadoras de CCOO que fueron despedidas tras un coma y un cáncer respectivamente. Rosa, trabajadora de la Federación de Construcción y Servicios de CCOO, fue despedida un mes después de comunicar que tenía un cáncer de pecho. A Palmira, también trabajadora de esta federación, le dijeron que querían sustituirla estando postrada en el hospital tras salir de un coma. Es realmente vergonzosa la actitud de una organización que dice defender los derechos de los trabajadores, pero que trata de manera inhumana a los suyos propios, actuando de forma más rastrera que muchas empresas. Solo estos hechos son motivo más que suficiente para que los delegados y afiliados de esta organización que aún tengan algo de dignidad, abandonen las siglas de este sindicato.
Sin embargo, no es esta la primera vez que CCOO da muestras de su vileza y trata a sus trabajadores como despojos.
El 21 de octubre de 2017 los trabajadores de Forem Navarra, Fundación de CCOO, denunciaban en rueda de prensa la situación de indefensión laboral en la que se encontraban tras aplicarles este sindicato despidos en condiciones inferiores a las de la reforma laboral que de cara a la galería criticaron, enviando directamente a estos trabajadores a Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) sin negociar.
El 13 de junio de 2017, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, obligaba a CCOO a readmitir a cuatro trabajadores despedidos mediante la reforma laboral del PP.
En enero de 2017, CCOO-A era condenada por el TSJA (Tribunal Superior de Justicia de Andalucía) por el despido irregular de una empleada, que había sido despedida a las cuatro horas de ser readmitida, en cumplimiento de unasentencia previa por un despido anterior.
En septiembre de 2016, CCOO era condenada por despedir a una mujer que pidió reducción de jornada por maternidad, considerando el juez que se vulneraron derechos fundamentales y obligando a la readmisión de la trabajadora así como al pago de una indemnización de 60.000 euros.
En agosto de 2016 la plantilla de CCOO en Murcia convocaba huelga indefinida por los despidos realizados en su asesoría jurídica, usando la reforma laboral, y despidiendo al máximo número de trabajadores para que no fuera considerado un ERE y no tener así que negociar.
En abril de 2016 la unión provincial de CCOO de Cádiz, despedía a una trabajadora que se encontraba de baja por enfermedad, y que se enteró de su despido al ingresarle el sindicato la indemnización en su cuenta bancaria, antes de recibir la comunicación.
Y así podríamos seguir recorriendo el camino de la infamia y la desvergüenzaa lo largo de los años de una organización cada vez más prescindible y más dañina para los trabajadores. Una organización que por el bien de la clase trabajadora, debería desaparecer y pasar a los anales de la historia.
Seguir apoyando a esta organización, bien siendo afiliado, bien siendo delegado, sólo contribuye a generar más miseria y precariedad. La única opción digna para un trabajador honesto es abandonar este sindicato.
¡FORTALECE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, AFÍLIATE A CSC!
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