Desde el principio de La Pandemia empezó a hablarse de Ella: un mantra que no por más repetido (remember Goebbels) deja de ser una solemne tontería.
Debería denominarse más estrictamente como Dictadura del Hipocondriacado, en la cual un cuadro psiquiátrico y clínico es la norma, la aprensividad y la somatizaciones son casi obligatorias. Todo en aras de un ideal inalcanzable (y menos aún con las premisas planteadas) muy bien denominado: la Inmunidad de Rebaño.
Argan, vous êtes grand!.