Una cabo socorre a una mujer que había volcado con su coche en la Autovía del Cantábrico
01/02/2019
Ejército de Tierra. Prensa Digital
Nacional
Redacción/Madrid
El fin de semana había llegado a su fin y la cabo V. regresaba en coche por la Autovía del Cantábrico desde Laredo (Cantabria) con su pareja para comenzar la semana en su actual destino, en el Cuartel General de la Fuerza Logística Operativa de Bilbao. Era una tarde nublada del 27 de enero, con mucho sirimiri, típico de la zona. La militar se percató de que los automóviles que circulaban en sentido opuesto daban varios fogonazos con las luces largas. De esta forma, se dio cuenta de que algo iba mal cuando vio a unos jóvenes que se habían bajado del coche y habían colocado los triángulos en la carretera. También divisó otro coche que había volcado e impactado con el quitamiedos de la carretera, a la altura de Castro Urdiales.
“Inmediatamente, le dije a mi pareja que tenía que parar, como persona y como militar. Soy militar de vocación y mi trabajo me encanta”, cuenta la cabo. Tras hacerse cargo de la situación, recibió la ayuda de una enfermera que ofreció a colaborar. Finalmente, V. se quedó con la mujer herida, de 54 años, aplicando sus conocimientos como sanitaria del Ejército.
“Al estar el coche volcado, la señora había intentado salir primero con los pies, rompiendo la ventanilla, pero las contusiones –como dos vértebras aplastadas– por el impacto le provocaban tanto dolor que no pudo”. V. narra que la señora tenía medio cuerpo dentro del coche y estaba muy asustada porque, según le contó, llevaba varios minutos sola mientras veía pasar a los coches de largo y ninguno se paraba. “Me quedé con ella todo el rato hasta que llegaron la ambulancia y los bomberos para excarcelarla, porque nada era más importante que eso”.
Aunque en ese momento la cabo desconocía las causas del accidente –originado por un amago de paro cardíaco–, unos días más tarde ha acudido al hospital de Basurto, donde se encuentra ingresada la mujer. Una visita emotiva en la que ambas han intercambiado las sensaciones que vivieron ese 27 de enero. La mujer le contó que fue consciente de haber perdido el control y precipitarse contra la mediana de la autovía, pero aunque quiso evitarlo modificando la trayectoria, salió despedida hacia el carril contrario.
Ahora la cabo continúa ayudándola para localizar junto con los compañeros de la Guardia Civil sus pertenencias y los trámites que realizar con su vehículo. De nuevo, la proeza de esta cabo demuestra fehacientemente que nuestros militares están preparados para cualquier situación que se les presente.