Los trabajadores del centro logístico de Amazon de San Fernando de Henares decidieron plantar cara a la explotación que tanto tiempo llevan sufriendo y acordaron ir a la huelga los días 16, 17 y 18 de julio, tal y como hicieron en marzo. Tanto entonces como en la actualidad, la huelga tiene un motivo principal: la aplicación unilateral en abril del convenio sectorial a la que pertenece la empresa. Esta imposición va en contra de las demandas de los trabajadores, que reclaman un convenio colectivo propio, más garantista que el actual y donde se recoja una cláusula de garantía salarial, con un compromiso de subidas de sueldo para los próximos años. Además, para colmo, la empresa no solo se ha negado a negociar el convenio que pedían los empleados de Amazon; también ha congelado los salarios de las categorías superiores y se ha negado a reconocerlas.
El director ejecutivo y fundador de Amazon, Jeff Bezos, y sus secuaces demuestran no tener escrúpulo alguno con sus empleados. Así pues, en vista de que no podían frenar a los trabajadores de ninguna manera, decidieron vulnerar el derecho a la huelga de sus empleados. Tanto en marzo como en la reciente jornada de huelga, la multinacional contrató a trabajadores procedentes de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), ofreciéndoles incluso el doble del salario que percibiría un empleado un día normal. Esto supone, sin lugar a dudas, una violación del artículo 8 de la Ley 14/1994, de 1 de junio, por la que se regulan las ETT.
Del mismo modo, se coaccionó con el despido a los trabajadores temporales de ETT –900 empleados de los 2.000 del centro logístico– si estos decidían secundar la huelga. Las amenazas de la multinacional no son nuevas para los trabajadores de Amazon; en las jornadas de huelga de marzo, la empresa materializó lo que, esta vez, solo ha incurrido como advertencia y despidió a más de un centenar de trabajadores de ETT por acudir a la huelga. Esta brutal represión ejercida por la patronal ha sembrado el miedo entre los trabajadores temporales, que están abocados a la no renovación de sus contratos y, por tanto, al despido.
Siguiendo con esta represión y mostrando un total desprecio por los trabajadores, en ambas jornadas de huelga, la multinacional decidió trasladar la producción a otros centros situados principalmente en Catalunya y Francia, con el objetivo de que la huelga no repercutiese en la producción. Con esto, y por enésima vez, la empresa vulneró el derecho fundamental de huelga. Pero esto no solo ocurrió en el Estado español; también se produjo en otros centros en lucha, como en Alemania, donde durante estos días se trasladó parte de la producción a Polonia.
A todo ello debemos añadir las múltiples agresiones que sufrieron los trabajadores por parte de las fuerzas represivas del Estado, que corren a cargo del Gobierno socialfascista del PSOE, tan encumbrado por la progresía reformista y oportunista. La Policía cargó con el único propósito de reventar la lucha en los piquetes y cumplió fielmente su cometido, que no es otro que reprimir al proletariado. Las fuerzas represivas del Estado hicieron lo que mejor saben hacer: cumplir con las órdenes de la clase dominante. Así pues, quedó patente que la Policía no es más que un instrumento del Estado para defender los intereses de la burguesía.
Huelga decir que, mientras los trabajadores de Amazon son agredidos por la Policía, los fascistas se congregan en el Valle de los Caídos para ensalzar la dictadura terrorista franquista con la más absoluta impunidad. Una vez más, queda en evidencia el carácter fascista del Estado español, que no duda en usar la fuerza contra los trabajadores, incluso en una concentración pacífica, al mismo tiempo que permite que los fascistas campen a sus anchas.
Pese a las constantes agresiones de la empresa y de las fuerzas represivas del Estado, los trabajadores de Amazon encontraron un gran apoyo en el internacionalismo proletario; siguiendo su ejemplo, los trabajadores de Alemania y Polonia se sumaron a la huelga en sus respectivos centros de trabajo. En Alemania, 7 centros logísticos secundaron la huelga y, en Polonia, se llevaron a cabo diferentes acciones de protesta.
La única opción real que tenemos los trabajadores para defender nuestros derechos es luchar en un sindicato de clase y combativo, organizado en una central única integrada en la Federación Sindical Mundial (FSM), que haga frente al capital y a los traidores de la clase obrera: los sindicatos amarillos.
CC.OO. y UGT, lacayos de la patronal y enemigos del proletariado, son organizaciones financiadas por el Estado, fieles sucesoras del Sindicato Vertical franquista, cuyo único cometido es acabar con cualquier atisbo de lucha obrera y condenar a los trabajadores al paro y a la precariedad, a costa de acatar las infames reformas laborales perpetradas por el Gobierno de turno. La paz social y el consenso del que tanto presumen no es más que una burda falacia utilizada por la burguesía para desmoralizar y atomizar al trabajador, impidiendo que este se organice y luche. Por ello, la organización de nuestra clase en una central única que defienda nuestros intereses es una cuestión de imperiosa necesidad.
El capital, en cada rincón del mundo, reduce al obrero a una simple mercancía. Lo somete a la miseria y a la explotación, pues de ella dependen los ingentes beneficios logrados a consecuencia del expolio continuado de nuestro trabajo. Efectivamente, nuestra clase es la que produce y genera la riqueza. Sin nosotros, no hay nada. Somos los que cada día construimos el mundo, mientras que la burguesía solo parasita el fruto de nuestro esfuerzo, sumiendo al planeta en una espiral de pobreza, guerra y destrucción.
La única alternativa ante esta situación pasa por destruir el Estado burgués e imponer la dictadura del proletariado, que será la base para la construcción del Socialismo, poniendo fin a este sistema criminal sustentado en la explotación del hombre por el hombre.
¡ANTE LOS ATAQUES DE LA PATRONAL, SOLIDARIDAD E INTERNACIONALISMO!
¡VIVA LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE AMAZON!
¡VIVA LA LUCHA DEL PROLETARIADO!
Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español en Madrid
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