Las alarmas suenan periódicamente en el planeta, pero ahora, cuando se ha cumplido un siglo del estallido de la gran guerra, el mundo asiste con inquietud a la acción combinada, a veces imprevista, del ruido simultáneo de peligrosos conflictos que pueden encender la mecha de la guerra (Ucrania, Iraq, Siria, Israel-Palestina, sudeste asiático), del ascenso del nacionalismo, y de la creciente insatisfacción con los sistemas políticos liberales que han abierto profundas crisis en muchos países europeos.