Pasar mucho tiempo en la piscina puede tener consecuencias sobre nuestra salud dental, ya que el impacto del cloro que contiene el agua puede manchar los dientes e incluso debilitar el esmalte dental. El pH más alto de la piscina en combinación con los compuestos antimicrobianos que contiene el agua, hace que las proteínas en la boca se rompan literalmente y se unifiquen con los minerales en su boca para formar una superficie dura de color marrón amarillento, como resultado del depósito de minerales sobre la superficie dental.