La plaga ha resurgido en Centroamérica después de 30 años y EE UU ha suspendido las exportaciones desde México. Las pérdidas, solo en Chihuahua, ya ascienden a 25 y 30 millones de dólares a la semana. Las asociaciones ganaderas han exigido al Gobierno de México “el cierre temporal de la frontera con Guatemala y Belice” a las importaciones de ganado bovino, donde el contrabando se ha convertido en un foco rojo. “Los animales entran en México sin ningún control ni atención sanitaria”, denuncia Deandar.