Sexto día (5)

La revelación del turbio negocio de esclavismo llevó al senado al borde de la guerra.

Los Ajusticiari apoyaron a los clanes y acusaron de complot y tráfico infantil a Ezra, Altaria y los mercantes. Las hermanas de la caridad asintieron.
Por el contrario la facultad, el gremio y la academia defendieron la necesidad de obtener el fuego para tener posibilidades reales de sobrevivir al asedio. La disputa aumentaba sin cesar. Amenazas veladas, acusaciones de traición, la locura llegó al punto que un senador sacó sus genitales a relucir. La situación continuaba polarizándose, el clero eterno manifestó su temor de que los ajusticiarii estuvieran tramando algo en la sombra bajo su fachada de humanidad y moralidad. Por otro lado los llamados Panete propusieron crear una compañía minera, liberando a los esclavizados y remunerando su trabajo una vez el asedio hubiera finalizado con los enemigos de Exaloc besando el fuego eterno.

Y es aquí cuando la jueza Kirin brazo armado de la Academia mandó a sus soldados detener a los ajusticiarii acusándolos de conspirar contra la academia y el senado. Mientras las juezas se acercaban a los acusados, Domri les bloqueó el paso y de un solo empujón logró derribar a una de las juezas. En cuestión de segundos medio senado estaba en el suelo mientras la otra mitad empuñaba armas.

El tiempo se detuvo.

Y se escuchó el rugido de Thorios

-No se derramara sangre entre nosotros mientras yo esté al mando. Yo y mis hombres hemos venido a liberar a esta ciudad no a provocar una guerra civil.

Todo el senado miró atentamente al líder de la legión.

-Mando arrestar a Sanath, cabeza del gran sanatorio por secuestro e inventarse la peste azul. Por otro lado advierto a la facultad y al gremio de no continuar su oscuro negocio. Además ordeno que la Academia juzgue debidamente a los ajusticiarii. Se cierra el senado.