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A veces una buena amistad viene de quien menos te lo esperas!
Así lo pudo constatar Misao, una anciana de 87 años que vive en una localidad rural de Japón. en cierta ocasión encontró una gata en la calle y decidió llevarla a casa para alimentarla y empezar a cuidarla.
Le puso de nombre Fukumaru y desde entonces se volvieron inseparables.
Le puso de nombre Fukumaru y desde entonces se volvieron inseparables.
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