Nadie duda de que King Kong es una de las películas más influyentes de la historia del cine, tanto para bien como para mal. Desde que la película original se estrenara en 1933 y su mono protagonista se convirtiera en todo un icono, se cuentan por miles los filmes que incorporaron en su metraje -muchas veces sin ton ni son- a un señor vestido de gorila, hasta tal punto que, hoy por hoy, el “disfraz de gorila” es un elemento que se asocia directamente con el cine de serie B/Z más cochambroso y desvergonzado.