Un Rajá dejó a sus hijas cierto número de perlas y determinó que la división se hiciera del siguiente modo: la hija mayor sacaría 1 perla y 1/7 de lo que restase; vendría después la segunda y tomaría para sí 2 perlas y 1/7 del resto, a continuación, la tercera joven tomaría 3 perlas y 1/7 de lo que quedara y así sucesivamente.
Las hijas más jóvenes se quejaron al juez alegando que mediante este sistema complicado de reparto se verían fatalmente perjudicadas.
El juez, que era hábil en la resolución de problemas, respondió de inmediato que los reclamos eran infundados, la división propuesta por el viejo Rajá era justa y perfecta.
Y tenía razón. Hecho el reparto, cada una de las herederas recibió el mismo número de perlas.
La pregunta es: ¿cuántas perlas había y cuántas hijas tenía el Rajá?