Desde el punto de la historia popular, los principios de Lenin no solo resultaron un error, sino incluso peor que un error. Con la caída de la URSS en 1991, esto se puso de manifiesto. Los acontecimientos del pasado no pueden ser cambiados, pero hay que ser claros y hablar de esas cosas sin tapujos, pretextos ni matices políticos. Y quiero añadir que en la coyuntura actual política, por muy llamativos y exitoso que parezcan, no pueden estar en la base de los principios estatales. No voy a acusar a nadie, ya que la situación en el país en esos …