A punto de comenzar la segunda mitad del siglo XVI, el Buen Dios decidió dar un respiro a Enrique VIII y llamarle al fin a su lado. En esas mismas fechas nacía en Segovia Mateo de Oviedo que, si bien no tan conocido como el rey anglosajón, se ganó también, en nuestra humilde opinión, su merecido lugar en la historia. Mateo de Oviedo fue, para Irlanda, quizá el mayor aliado español de todos los tiempos.