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Publicistas de radio que te odian
Atrás quedaron los tiempos en que toda la familia escuchaba la radio alrededor de la mesa camilla.
Ahora la radio se escucha mayormente en el coche.
Después de tantos anuncios de la DGT advirtiendo de las distracciones al volante a uno le empiezan a inflar las narices, por no decir pelotas, cuando estás en medio de un atasco y escuchas una ambulancia, te pones en guardia para retirarse porque no quieres poner en riesgo la vida de alguien por interrumpir su paso y... Te das cuenta que es un anuncio de muebles que te avisa de sus salvajes rebajas con una sirena.
Estás en tu rotonda favorita. Esa en la que nadie respeta a nadie, donde , como en el PSOE, nadie entiende la diferencia entre derecha e izquierda (sobre todo a la hora de usar el intermitente) y de repente, escuchas el sonido de un claxon alertándote de un peligro inminente.
O no. En realidad es una anuncio de un concesionario local de vehículos de ocasión.
Hoy mismo, conduciendo con lluvia de vuelta del trabajo, mientras escuchaba un anuncio en la radio oigo un chirrido que parece provenir de una parte indeterminada del coche.
Ya calculando cuanto me podría salir la avería en el taller, me cuenta de que ese extraño ruido que suena mientras en la radio una mujer le dice a su marido que tiene miedo de seguir viviendo en la casa en la que le han entrado a robar por no haber tenido la alarma de una empresa de asustaviejas, en realidad viene de los altavoces del coche.
Un "cricricricri" constante, que intenta emular un campo de grillos de noche para darnos más miedo, pero que en realidad parece el rozamiento de una parte metálica del coche que se ha quedado sin aceite.
Sin acritud. Espero que a los creativos a los que se les ocurre meter esa serie de sonidos en un medio que se escucha normalmente en el coche, tengan una vida plena de petardos cuando duermen, anuncios de vísceras a la hora de comer e imágenes de familias numerosas a la hora de follar.
Ahora la radio se escucha mayormente en el coche.
Después de tantos anuncios de la DGT advirtiendo de las distracciones al volante a uno le empiezan a inflar las narices, por no decir pelotas, cuando estás en medio de un atasco y escuchas una ambulancia, te pones en guardia para retirarse porque no quieres poner en riesgo la vida de alguien por interrumpir su paso y... Te das cuenta que es un anuncio de muebles que te avisa de sus salvajes rebajas con una sirena.
Estás en tu rotonda favorita. Esa en la que nadie respeta a nadie, donde , como en el PSOE, nadie entiende la diferencia entre derecha e izquierda (sobre todo a la hora de usar el intermitente) y de repente, escuchas el sonido de un claxon alertándote de un peligro inminente.
O no. En realidad es una anuncio de un concesionario local de vehículos de ocasión.
Hoy mismo, conduciendo con lluvia de vuelta del trabajo, mientras escuchaba un anuncio en la radio oigo un chirrido que parece provenir de una parte indeterminada del coche.
Ya calculando cuanto me podría salir la avería en el taller, me cuenta de que ese extraño ruido que suena mientras en la radio una mujer le dice a su marido que tiene miedo de seguir viviendo en la casa en la que le han entrado a robar por no haber tenido la alarma de una empresa de asustaviejas, en realidad viene de los altavoces del coche.
Un "cricricricri" constante, que intenta emular un campo de grillos de noche para darnos más miedo, pero que en realidad parece el rozamiento de una parte metálica del coche que se ha quedado sin aceite.
Sin acritud. Espero que a los creativos a los que se les ocurre meter esa serie de sonidos en un medio que se escucha normalmente en el coche, tengan una vida plena de petardos cuando duermen, anuncios de vísceras a la hora de comer e imágenes de familias numerosas a la hora de follar.
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