En la madrugada del 6 de junio de 1942, 500 soldados japoneses desembarcaron en Kiska, una de las Islas Aleutianas de Alaska. Se llevaron a los únicos habitantes de la isla: diez hombres y seis perros. Con la sorpresa rápidamente tomó el control del territorio. Hoy en día, las secuelas de la invasión japonesa aún se pueden ver en las colinas onduladas de Kiska. Traducción aproximada
bit.ly/SBWXs7