Trolear es bonito

Tal vez me entierren a negativos, pero quiero expresarme en una comunidad que -en gran parte- me desprecia (y a menudo, con razón).

En un mundo donde últimamente todo el mundo se siente ofendido por cualquier cosa, y quiere incluso que existan acciones legales para defender sus sentimientos, ¿no es lógico que algunos usen las ofensas para llamar la atención, o simplemente joder? Sentirse ofendido, y expresar esa ofensa a tales niveles de boambulancia, a menudo es una señal y motivo para que otros te ofendan incluso más; es como expresar una debilidad (aunque todos tengamos debilidades emocionales), para que otros la exploten.

De hecho, tengo la hipótesis de quela ola del politicorrectismo es la sombra del internet, que ha sido -gracias al anonimato- el medio de expresión más ofensivo que ha existido. El politicorrectismo es solo una forma "bonita" de contrarrestar la libertad de internet, en no,bre de los sentimientos, y por eso es mucho más peligroso defender emociones sobre la libertad de expresión individual.

Les voy a dar un ejemplo que me va a causar muchos negativos: El KKK es hoy una organización prácticament inofensiva en EEUU, con menos de 10.000 miembros en un país de sobre 300 millones de personas. Su influencia política y moral es prácticamente nula, pero ¿qué hace a esta organización tan famosa hoy día? Simplemente nuestra reacción a su discurso ofensivo de odio. Observe el KKK no necesita matar negros, terrorismo, tener un programa en TV, o hacer propaganda, etc. Toda la publicidad que tienen es gracias a nuestras emociones, que aunque están justificadas, irónicamente han conservado parte del prestigio negativo de esta organización. No digo que no debamos criticar tal organización, por el contrario, trato de defender el derecho a criticar - a pesar de las reacciones emocionales que puedan causar dichas críticas, lo cual se hace imposible si tenemos que tener en cuenta las emociones de todo el mundo. ¿Quién debe determinar a quién se puede ofender o no? Tal poder no debe estar centralizado, y por tanto, nadie debe tener "derecho" a no sentirse ofendido, porque si lo tiene, alguien más debe tener derecho a callarte.

Es extraño que en un mundo donde las leyes antiblasfemia están siendo descartadas y ridiculizadas, y donde se afirma que la blasfemia no afecta a nadie (más allá de ofender a los creyentes, cuyas emociones son irrelevantes, ¿no?), sea curiosamente el mismo mundo que también defiende la censura de opiniones que sometan al escrutinio ideas como el feminismo o ideología de género, y todo por las mismas razones que algunos religiosos usan para defender las leyes antiblasfemia: sentimientos. Más extraño es el hecho de que los llamados librepensadores intelectuales se opongan a leyes antiblasfemia, excepto para ideologías como el islam o el feminismo, en especial en universidades, que deben ser centros de libre discusión.

Muchas personas creen que soy un troll, pero no es así; lo soy so en el sentido de rol (t-ROL), no de identidad. Yo uso métodos de troll para expresar mis ideas, lo cual tiene sus ventajas y desventajas. En otro post estaré hablando de estas, y tal vez de algunos métodos para trolear de forma cruda (como Trump) o de forma intelectual (tal como hacía Aristóteles). Claro, si me dan la oportunidad.

Este momento en la historia es una oportunidad para expresar nuestra opinión, por más ofensiva o errada que sea, y poner a prueba la calidad de libertad de expresión que tenemos. Por tanto, en este momento de la historia, considero que trolear es importante.

Bendiciones.