En el origen de los tiempos, el mejor programador del universo, es decir, Dios nuestro señor, hizo un foro al que llamó Paraíso (que sí, que como todo informático es un poco pretencioso).

El primer usuario fue añadido a la imagen y semejanza del Creador, osea, un pagafantas, que enseguida se quejó al creador de que el sitio estaba bien pero que faltaba chicha, así que no le quedó mas remedio que meter a una mujer en el saco y sugerirles sutilmente que se dedicasen al frotis con la frase: Creced y multiplicaos.

Cuando ya tenía una buena base de usuarios, en su inmensa sabiduría, pensó que se debían establecer una serie de normas para que no hubiese problemas de organización, como además de sabio es un tío súper comprometido con el tema de la libertad, el libre albedrío y esas cosas de las que siempre habla su colega Lucifer, tan sólo puso una chorrada como norma, que no se acercasen a un árbol, señaló uno al azar y le tocó a un manzano.

¿Sabes que pasó? Llámalo curiosidad, llámalo tocar los huevos, pero a las primeras de cambio unos cuantos usuarios fueron a comerse las manzanas. El Creador es un tipo bonachón, te lo pueden confirmar todos sus amigos, pero igual que te digo eso, te puedo decir que tiene un pronto muy malo. Llamó a Uri, un admin de guardia, y le pidió que los echase del lugar.

Los expulsados podrían haberse dado un tiempo de reflexión, entender la postura del creador del foro y pedir disculpas o incluso montarse otro chiringuito para ellos, pero no, prefirieron quedarse en los alrededores del Paraíso, gritando a los cuatro vientos lo injusto y déspota que es el Creador y que eso no iba a quedar así como así, dando lugar a un episodio histérico llamado Las guerras clon, de las que te hablaré otro día.