Hace ya muchos años que el Mar Menor está sufriendo un deterioro pronunciado y progresivo, que a estas alturas resulta casi imparable. Hay equilibrios que los biólogos han dejado claro que ya se han roto y que solo un cambio drástico, que incluya el cese inmediato de las plantaciones, la urbanización, el turismo, etc., le daría alguna esperanza de recuperación. Y en cada temporada todo empeora, caen cuatro gotas y aparecen miles de peces y crustáceos muertos, la gente se indigna, se pone camisetas, hace marchas y realiza todo tipo de actos de