La sugerencia la hacen el Banco Mundial y el FMI en reunión en Lima, Perú. Reportes insisten en que Europa debe abrir sus puertas a la inmigración para incorporar mano de obra más barata y joven, y de esta forma ayudar a los países que están envejeciendo. Lejos de todo “espíritu humanitario” el reporte destaca que hay “evidencia” de que "los emigrantes trabajarán duramente y aportarán más en impuestos que lo que consuman en servicios sociales". En simples palabras, proponen que “trabajen mucho y reciban poco"