Es un hecho universalmente aceptado que nadie da un euro por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, un equipo quemado, abrasado y achicharrado en un tiempo récord al que sólo le faltaba el caso Bárcenas para ingresar en la UVI política. Como único lenitivo a su triste realidad sólo le asiste el que tampoco nadie apostaría un sólo céntimo por Rubalcaba y los suyos.
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