Pero nunca renunció a su discapacidad porque ama demasiado la vida. Camina como un T-Rex y salta como un conejo, pero vive una vida "feliz y saludable". En estas imágenes se puede ver a la dulce Pippen, una perrita nacida sin patas delanteras. La pareja que lo adoptó vive en Orlando, Florida, y aún planea comprarle una rueda protésica especial para cuando sea mayor.
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