Un buen día, el señor Kuroki centró su atención en una flor de color rosa en su jardín y se le ocurrió que la belleza de las flores no sólo se pueden experimentar a través de la vista, también del olfato. Si crease un jardín lleno de flores, pensó, su mujer podría disfrutar de su belleza, del aire libre y tal vez de personas que vengan a visitarlo.
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