La hipocresía de Thunberg no conoce límites: permaneciendo con vida está gastando oxígeno y emitiendo CO2 y calor, dado que asumimos que está a 37 grados centígrados. Según nuestros cálculos, el oxígeno que gasta Greta en un día podría salvar la vida a dos pingüinos, pero parece que a ella lo que le importa es estar por ahí respirando a su bola, llamando la atención. Hipocresía: a los demás nos pide que no usemos el coche porque emite CO2 mientras ella respira a manos llenas.
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