Siempre me levanto con el pie mirando al suelo La voz, muda, me saluda desde lejos Me regala su silencio pero yo me hago el sueco Mirándome en el espejo Y el espejo me devuelve su reflejo sin el mío Yo lo asumo y sigo, pero no me fío Me autodiagnostico sin un éxito mínimo Así que me deprimo Lo mal que estoy y lo poco que me quejo Lo mal que estoy y lo poco que me quejo Tengo el alma en cuarentena y roto el cuerpo Qué dolor, qué pena y qué tormento.
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