Los héroes que acaban dejando huella en la historia del videojuego suelen nacer al alinearse tres circunstancias muy concretas: una revolución tecnológica, el talento con nombre propio y la sana pretensión de marcar la diferencia. Twinsen fue un poquito más allá: en un año de gran transición como fue 1994, el valiente protagonista de Little Big Adventure logró poner a Francia y el viejo continente a la vanguardia de los videojuegos de aventuras. Palabras mayores.
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