Le voy a pegar un tiro ”. La amenaza del puestero Alberto Bonifacio Martínez, de 72 años, la escuchó sólo uno de los cinco transportistas que habían ido al campo a buscar la hacienda. Enseguida, el peón caminó 50 metros hasta su casa: tomó una escopeta doble caño –calibre 28– y volvió a la manga, donde estaban cargando el ganado de la firma de Marcos Jorge Pizarro Costa Paz (38), su patrón.
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