Ya sea la cara, las piernas, las axilas o lo que cada uno decida acometer, el afeitado es una de las formas más comunes de eliminar el vello no deseado. A favor de este sistema frente a otros como la depilación con cera, por ejemplo, está la facilidad y que no duele. En contra, la posible irritación de la piel y, sobre todo, la idea de que después el pelo volverá más fuerte y oscuro y, por tanto, más visible. Pero, ¿es esto cierto? ¿Afeitarse tiene realmente ese efecto? Nos lo habéis preguntado y aquí os lo explicamos.
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