Tiene su origen en que los fieles se reunían de madrugada en una procesión rezando el rosario, en Barcelona esto se hacía en el carrer Ponent (actual Joaquim Costa) y los vecinos de esa calle se burlaban de la procesión hasta que un día les llegaron a tirar el contenido de los orinales encima. Esto provocó una gran pelea y las autoridades tuvieron que prohibir esta procesión, de ahí también viene el dicho El carrer de Ponent, bon carrer i mala gent.