La llamada excepción ibérica, el mecanismo que faculta a España a imponer un límite sobre el precio del gas natural que se utiliza para generar electricidad, multiplicará por cinco las exportaciones de electricidad a Francia, según los cálculos de la patronal de las empresas eléctricas (Aelec). Con una parte sustancial de la planta nuclear del país vecino parada y España generando energía más barata con el tope al gas, la demanda francesa de electricidad española crecerá exponencialmente: los cinco teravatios hora (TWh).
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