La cruz del monte Buruntza (441 metros, en Andoain, Gipuzkoa), una mole de cemento de 10 metros de altura, ha dejado de ser visible en su cima y permanece muy dañada en el suelo. Fue demolida el pasado 18 de diciembre por miembros de Ernai, las juventudes de Sortu, en una acción que ejecutaron con nocturnidad y alevosía y de la que se vanaglorian por considerarla un triunfo contra “los elogios del franquismo”. Los autores del derribo son reincidentes y sacan pecho en sus cuentas sociales cada vez que consiguen tumbar uno de estos símbolos
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