La aplicación Secret es como una especie de homenaje al morbo. Sus usuarios pueden lanzar los mensajes que quieran con la supuesta garantía de que es imposible saber quién los ha escrito. Este supuesto anonimato ha sido superado con facilidad por un bot creado por Benjamin Caudill y Bryan Seely, que han logrado identificar los autores de tres mensajes aleatorios con el aliciente de que uno de ellos provenía del propio fundador de la aplicación, David Byttow.
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