Expediciones arqueológicas, sexo, violencia explícita, competiciones mundiales, políticos asesorando a empresas, influencers marcando el nuevo famoseo, Michael Jackson bailando el moonwalker, ludopatía, escándalos laborales, ingresos a espuertas, una huella cultural a la que incluso el cine empieza a temer. La industria del videojuego es todo eso y mucho más. Un reflejo del cambio social de las últimas décadas y una brújula de la nueva economía del siglo XXI.