La naturaleza inspira una nueva generación de robots aéreos, útiles a la hora de detectar sustancias químicas peligrosas o analizar un terreno después de un desastre natural. Robert Wood del Imperial College de Londres han diseñado un robot volador que usa fuerzas electrostáticas como algunos insectos para posarse en distintas superficies. Además cuenta con un parche de espuma para amortiguar el impacto del aterrizaje y un sistema de cámaras con control del movimiento basado en la técnica visual de las abejas. En español:
goo.gl/3Q7Jvr