La Comisión Europea tiene entre manos la iniciativa del Mercado Único Digital, con el que antes del verano se comprometían a mejorar el acceso de clientes y empresas a los bienes digitales, crear un mercado justo para todos y sacarle el máximo partido a la economía digital. Uno de los puntos más controvertidos del plan era el relativo a la existencia de "fronteras digitales" o de sistemas de bloqueos geográficos que impiden utilizar un servicio de un país fuera del mismo.