Cierto, resulta inevitable no levantar la ceja con escepticismo ante la afirmación de que contamos con un sistema de cifrado irrompible. Por fortuna, los científicos se han puesto a investigar nuevos enfoques que hagan posible una criptografía indescifrable, incluso ante la amenaza que representa la computación cuántica. Y un equipo de investigadores de la Universidad de St. Andres (EE.UU.) acaba de anunciar el desarrollo de una nueva técnica que se ajustaría a ese objetivo.
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Siempre hay un iceberg esperando por un barco insumergible.