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Así es la dura vida de tener un lobo como mascota
Cuando Iván decidió adoptar un cachorro de lobo y llevárselo a vivir con él y su hija a la ciudad, su vida cambió por completo. Y no para mejor precisamente, al menos en cuanto a comodidades: su apartamento ha conocido días mejores, el sueldo se le va en carne, y su tiempo libre en interminables caminatas. Pero ni se le pasa por la cabeza deshacerse de él: a cambio de tantos sacrificios le da… Bueno, no sabe exactamente lo que le da, pero sabe que no lo ha encontrado en otros seres humanos.
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Así que, ¡cómo tiene que ser la madre!