España: 270 indiseables piden un golpe de Estado

Juan Chicharro, presidente de la Fundación Francisco Franco, acaba de reivindicarse como impulsor de un manifiesto de más de 270 ex militares retirados contra el Gobierno español por ser una amenaza para la "cohesión nacional". La carta muestra su apoyo al monarca y utiliza un lenguaje beligerante contra el ejecutivo y sus aliados políticos.

Nada menos que 270 pensionistas del Ejército han enviado una carta al Rey Felipe VI en la que califican al actual Gobierno como "un gobierno social-comunista apoyado por filántropos e independentistas", un ejecutivo que amenaza la "cohesión nacional". 

La carta está firmada por miembros de la 23ª promoción de la Academia General Militar. La mayoría de estos soldados ingresaron en la academia en 1964 y tienen más de 70 años. Al estar jubilados, pueden expresar sus opiniones sin ningún problema, al haber recuperado sus plenos derechos como ciudadanos. La carta afirma que la nación atraviesa un "deterioro" y que la "cohesión nacional" está gravemente socavada por el "gobierno social-comunista, apoyado por filántropos e independentistas". De esta forma, muestran su apoyo a Felipe VI, "en estos momentos difíciles para el país".

Entre los firmantes se encuentran un teniente general, José María Fernández-Bastarreche, que fue comandante del personal del ejército, dos generales de división, Ángel Gil Barberá y Francisco Fernández Sánchez, que fue comandante general de Melilla, y cuatro generales de brigada. 

Estos oficiales retirados insistieron, en otra carta al Rey, en atacar a un gobierno formado por "comunistas, golpistas y proletarios".

El Ministerio de Defensa había puesto en conocimiento de la Fiscalía los mensajes de uno de estos firmantes, el ex general de división del Ejército del Aire Francisco Beca Casanova, que expresó en un chat su deseo de fusilar a 26 millones de españoles, y aseguró que Franco era una figura clave para "la paz y el progreso". 

En la carta publicada este jueves, "los militares, todos ellos retirados" y que, por tanto, pueden hacer uso de su derecho a la libertad de opinión y expresión, detallan las causas que consideran "más perjudiciales" para los españoles, entre ellas el "peligro" que, a su juicio, supone para la unidad de España la "monarquía constitucional puesta en cuestión por los socios del Gobierno". Denuncian "la imposición de un pensamiento único", a través de leyes como la de memoria democrática o la de educación.

Asimismo, los exmilitares, que justifican su carta por el derecho a la libertad de opinión, advierten de los "riesgos a los que los responsables del Gobierno están sometiendo a nuestro país" y recuerdan que mantienen su juramento "de defender la integridad territorial y el orden constitucional" de España, "dando su vida si es necesario".

Los estrechos vínculos de los agentes con el partido de extrema derecha Vox

Estas dos cartas se hacen eco del meteórico ascenso del partido de extrema derecha Vox. Con su discurso radical contra los independentistas o la inmigración ilegal, Vox se ha convertido en la tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados, mientras que la extrema derecha había sido residual en el país desde la muerte de Franco en 1975.

Vox no duda en utilizar exageraciones y mentiras en sus discursos. El partido clama por la derogación de la ley contra la violencia de género, a la que acusa de "criminalizar" a los hombres. También defiende a ultranza la tauromaquia y la caza, y algunos de los comentarios de sus dirigentes tienen tintes antisemitas.

Vox fue fundado en 2014 por antiguos miembros decepcionados del Partido Popular conservador. En su momento, los fundadores de Vox criticaron al ex presidente conservador Mariano Rajoy por no derogar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo ni la ley de "memoria histórica", aprobada por su antecesor socialista José Luis Zapatero. En la reciente exhumación de Franco de su mausoleo monumental en el Valle de los Caídos, el líder de Vox acusó al Gobierno socialista de Pedro Sánchez de "profanación".

Los 270 oficiales retirados del ejército dijeron lo mismo que Vox, con el mismo lenguaje que Vox; y ahora resulta que la mayoría son de Vox. El partido liderado por Santiago Abascal se ha apropiado del contenido de la carta enviada al Rey por los 270 funcionarios denunciando la actuación del Gobierno. La diputada de Vox Macarena Olona negó el miércoles en el Congreso que su grupo hubiera promovido la carta, pero luego proclamó: "Por supuesto que son nuestra gente". 

Este resurgimiento de la reacción franquista no es el resultado de una generación espontánea. "En España, el olvido se ha organizado en todos los niveles de poder", recordaba recientemente Bonifacio Sánchez, portavoz de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. La atención se centró en la transición democrática, que comenzó con la muerte de Franco en noviembre de 1975 y terminó con la victoria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones legislativas de octubre de 1982 por un amplio margen sobre los partidos de derecha. Con el apoyo del Partido Comunista de España (PCE), estos dos bloques políticos trabajaron, junto con la derecha falangista y la extrema derecha, para lograr una transición sin fisuras, relegando al olvido el recuerdo de una república destrozada por el golpe de Estado militar del 17 de julio de 1936, de la guerra civil que siguió y de los cuarenta años de dictadura que siguieron. 

El PSOE, gran protagonista de la transición, nunca escatimó esfuerzos para garantizar una "reconciliación" lo menos conflictiva posible. En 1985, por ejemplo, hizo oficial la conversión del monumento a los muertos del 3 de mayo de 1808 -es decir, los combatientes españoles fusilados por el ejército de Napoleón- en un monumento a los "caídos por España". El ejército pasa, antes de que dos veteranos, uno falangista y el otro republicano, se abracen. Veinte años después, el 12 de octubre de 2004, con motivo de las fiestas patronales, el jefe del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, presidió un desfile que reunía a un republicano, a un miembro de la división Leclerc durante la Segunda Guerra Mundial y a un antiguo miembro de la división Azul, un cuerpo de voluntarios españoles puesto a disposición de Adolf Hitler por Franco para luchar en el Frente Oriental.

Gracias a este sistema, el franquismo ha asegurado su supervivencia en el inconsciente colectivo. El déficit de memoria republicana facilita el resurgimiento de las narrativas negacionistas, a las que los periodistas han dado el nombre de desmemoria. 

El resurgimiento de las ideas de extrema derecha en España a través de Vox está vinculado a esta "desmemoria". Ha permitido a Vox convertirse en el tercer partido de España y gobernar la región andaluza y la Comunidad de Madrid. Los 270 oficiales del ejército que enviaron estas cartas al rey para afirmar que querían "defender la integridad territorial de España" son también fruto de esta "desmemoria". 

La clase política en su conjunto es responsable de la situación actual por no haber hecho una ruptura con el régimen franquista. Los criminales y asesinos que actuaron durante la dictadura siguieron gobernando, encarcelando, torturando y asesinando. Los mismos militares, la misma policía, los mismos jueces, la misma oligarquía financiera y sus secuaces, dentro y fuera de la frontera española.

Julia Barrieras

Traducido por Jorge Joya

Original: www.memoire-libertaire.org/Espagne-270-salopards-appellent-a-un-coup-d