"Entre los diversos pensadores que han contribuido al desarrollo del movimiento ecologista, el estadounidense Murray Bookchin se encuentra entre los que más lejos han llegado en el desarrollo de un proyecto ecológico, político, social y filosófico coherente para la sociedad, al que dio el nombre de ecología social.
La ecología social es ante todo un proyecto de rediseño de nuestra sociedad. Revisa los fundamentos mismos de nuestras instituciones para hacerlas más ecológicas, democráticas, igualitarias y éticas. Aspira a presentar una sociedad ante todo libre de dominación, guiada por la razón y basada en valores que reconcilien a la sociedad con la naturaleza y al ser humano consigo mismo y con su propia naturaleza. Una sociedad que va más allá de lo que es a lo que debería ser.
Las teorías parten del vínculo fundamental entre los problemas ecológicos y sociales. Según la ecología social, la dominación de la naturaleza, responsable de los problemas actuales, proviene de la dominación del hombre sobre el hombre, y sólo si se resuelven las dos cosas juntas conseguiremos solucionarlos. Esta teoría pretende ser humanista y ecologista, es decir, cree en la capacidad de la razón de la especie humana, que debe ser recuperada y desarrollada, sobre la implicación de sus elecciones en la biosfera y, por tanto, sobre su papel en la crisis ecológica. La ecología social pretende que todos redescubran su capacidad de actuar, de dirigir la sociedad en la que viven, y dejar de sufrirla pasivamente. Los hombres y las mujeres, considerados como capaces y responsables, deben retomar la gestión de su entorno local, de lo que les concierne.
En definitiva, la ecología social busca el establecimiento de una sociedad ecológica, libre (es decir, habiendo abolido los principios de jerarquías y dominaciones), racional y orgánica (donde cada parte tiene un lugar y forma un todo coherente), consciente de sí misma y de su acción. Promueve la idea de la aportación de la diversidad, de esa "complejidad" positiva, que aporta una verdadera ganancia al conjunto frente a la uniformización y simplificación de nuestras culturas. Incluye principios tradicionales como "a cada uno según sus necesidades, de cada uno según sus medios", "unidad en la diversidad" e "igualdad de los desiguales".
Una sociedad social ecológica se basa en los siguientes puntos
descentralización
La ecología social aboga por un retorno a lo local, al entorno natural y social que nos rodea. Propone una descentralización a diferentes niveles: principalmente geográfico (vuelta a lo local) y político (toma de decisiones de abajo a arriba). El lugar donde vivimos y la entidad política más cercana a nosotros, aquí llamada comuna, deberían reunir las necesidades básicas necesarias para la vida cotidiana (suministro de alimentos, energía, infraestructura escolar, servicios postales, etc.) en lugar de estar centralizadas en lugares únicos y grandes. Por otro lado, las estructuras importantes (hospitales, universidades, etc.) deben ser compartidas para un mejor uso. Esta vuelta al ámbito local no sólo limita el transporte, sino que sobre todo permite una mejor gestión (por su tamaño humano) y es más ecológica (adaptada al entorno local y social del lugar). Con la ventaja de tener gente viviendo y trabajando en la zona. Por otra parte, no se trata de buscar la autonomía y hay que mantener y fomentar los intercambios (comerciales, pero no sólo) entre los municipios. Detrás de este concepto de descentralización, de cambio de escala, está el concepto esencial de la disolución del poder. Al impedir que las estructuras económicas y políticas se desarrollen a gran escala, se asegura el control local sobre ellas y se evita que un grupo domine.
democracia directa y local
Mientras que la política se ha convertido en una profesión, la ecología social quiere convertirla en una preocupación y gestión común para todos. Promueve una sociedad sin clases de ciudadanos que son responsables de la gestión de su comunidad. En relación con la descentralización, la ecología social busca el establecimiento de un sistema político comunal en forma de asambleas populares (adscritas a los municipios) que funcionen según un sistema de democracia directa presencial y estén vinculadas entre sí como una confederación. Esta confederación comunal, llamada "comunalismo" o "municipalismo libertario", parte pues de la base, con diferentes niveles de asambleas regionales. A las asambleas regionales y mayores se envían delegados de las asambleas comunales, que son revocables, con el mandato imperativo de defender la posición mayoritaria de la comuna en los temas tratados.
Una economía moral y municipalizada
Necesitamos volver a una sociedad humana y no a una sociedad de mercado. Frente al deseo de crecimiento económico, la producción por la producción y el consumo desvinculado de las necesidades reales, la ecología social aboga por una visión moral de la economía, gestionada por asambleas de ciudadanos, con una gestión de los recursos disponibles para proporcionar a todos lo que necesitan para una vida digna sin dañar la naturaleza. Sobre todo, aboga por la supresión del lujo innecesario, del marketing, de la burocracia y de todos los puestos de trabajo dedicados exclusivamente a la economía (gestión de activos, comerciantes, etc.). Limpiar el mundo económico del trabajo de los excesos de la competencia y vincular la economía real a las necesidades reales liberaría recursos y fuerza de trabajo para reducir significativamente las horas de trabajo y proporcionar a todos el nivel de vida mínimo necesario.
ecotecnologías liberadoras
La ecología social no se opone al progreso tecnológico, sino que aboga por un desarrollo moral del mismo, es decir, por una reapropiación por parte del ser humano del control de la tecnología. La tecnología debe liberar a las personas de la alienación, servir para liberarlas en lugar de dominarlas y hacerlas dependientes de ella. Toda tecnología debe ser considerada en términos de su impacto en la naturaleza y la sociedad en general. Sobre todo, hay que desarrollar y descentralizar las posibilidades ecológicas de producción (especialmente de energía) para permitir su uso. La investigación debe llevarse a cabo en esta dirección, planteando siempre la pregunta ética: ¿Por qué hacerlo? ¿Cuáles son las repercusiones?
una rehumanización del ser humano
Desde el punto de vista de la ecología social, el ser humano debe encontrar un lugar en la naturaleza que le permita su desarrollo psicológico, físico y social y su felicidad, sin dañar el medio ambiente. Hay que combatir el estrés resultante de la aceleración de nuestro estilo de vida, así como la sumisión y la pasividad resultantes de la actual sociedad de masas. Por otro lado, el tiempo libre, el desarrollo personal y la implicación en el entorno vital deben convertirse en un fin en sí mismo.
un método para el cambio
Una de las particularidades de la ecología social radica en su proyecto de establecer dicha sociedad. Es un proyecto revolucionario que pretende cambiar la sociedad occidental actual y construirla sobre una base más saludable. Para ello, la ecología social considera que las deseadas instituciones liberadoras deben ser puestas en marcha antes de la caída del sistema, para que la sociedad que surja no sea abandonada a su suerte, o incluso recuperada. De este modo, revisa el concepto de insurrección ligado a la revolución por el de reconstrucción de la sociedad en su seno, sentando las bases para derribar, probablemente de forma simbólica, el modelo de sociedad dominante. "
FUENTE: Sitio web de Ecología Social
Traducido por Joya
Original: www.socialisme-libertaire.fr/2018/06/l-ecologie-sociale.html