Los anarquistas, coherentes consigo mismos, con sus exigencias y sus esperanzas, niegan absolutamente la religión de la papeleta, y, lejos de considerar el sufragio universal como una panacea, como un instrumento de emancipación, ven en él, por el contrario, un odioso instrumento de dominación, ¡LA MAYOR MISTIFICACIÓN DEL SIGLO!
El sufragio universal no es, en realidad, más que el derecho a elegir a nuestros propios amos, a designar la salsa con la que preferimos que nos coman.
Así que no demos a nuestra miserable condición, a nuestra sufrida inferioridad, el carácter inexpiable de una servidumbre voluntaria, de una miseria aceptada, consentida, VOTADA.
No nos corresponde elegir varas para azotar... Por eso los anarquistas son partidarios de la abstención; por eso predican la huelga electoral. Entendámonos. No estamos hablando de la abstención estéril y cobarde que consiste en no hacer nada y estirar mansamente el cuello al yugo y las manos a la férula. Nuestra abstención se detiene en las urnas. No nos impide participar en la agitación electoral, sino sólo demostrar su inanidad, defender nuestras ideas y juzgar a todos los candidatos en el tribunal de la multitud.
Nos negamos a suscribir nuestra propia esclavitud, pero, por otra parte, queremos sustituir la acción parlamentaria que produce incautos y escépticos, por la acción revolucionaria que produce convencidos.
Lo que recomendamos es la abstención ACTIVA. En lugar de confiar nuestra salvación a otros, queremos realizar nosotros mismos nuestras exigencias y nuestras emancipaciones, directamente y sin intermediarios.
La soberanía no se delega, se ejerce.
[Tratado anarquista sin firma y sin fecha, distribuido entre 1880 y 1910]
FUENTE: Non Fides - Base de datos anarquista
Traducido por Jorge Joya
Original: www.socialisme-libertaire.fr/2017/02/la-plus-grande-mystification-du-s