Texto de Nestor Makhno (1926).
"El 7 de marzo es un día de dolor para los trabajadores de la llamada "Unión de Repúblicas Soviéticas y Socialistas", que participaron de una manera u otra en los acontecimientos que tuvieron lugar ese día en Kronstadt. La conmemoración de este día es también dolorosa para los trabajadores de todos los países, porque nos recuerda lo que los trabajadores y marineros libres de Kronstadt exigieron al verdugo rojo, el "Partido Comunista Ruso", y a su instrumento, el gobierno soviético, en el proceso de asesinato de la revolución rusa.
Kronstadt exigió a estos colgados del estatismo la restitución de todo lo que pertenecía a los trabajadores de las ciudades y del campo, en virtud de que fueron ellos los que habían realizado la revolución.
Los kronstadianos exigían la aplicación de los fundamentos de la revolución de octubre: "Elección libre de los soviets, libertad de expresión y de prensa para los obreros y campesinos, anarquistas, socialistas revolucionarios de izquierda".
El Partido Comunista Ruso vio en ello un ataque inadmisible a su posición monopolística en su país y, ocultando su cobarde rostro de verdugo tras una máscara de amigo revolucionario y obrero, declaró contrarrevolucionarios a los marineros y obreros libres de Kronstadt, lanzando luego contra ellos a decenas de argousins y esclavos sumisos: chekistas, kursantis, miembros del Partido... para masacrar a estos honestos luchadores revolucionarios cuya única culpa era indignarse ante las mentiras y la cobardía del Partido Comunista Ruso que pisoteaba los derechos de los trabajadores y la revolución.
El 7 de marzo de 1921, a las 18.45 horas, se desató un huracán de fuego de artillería contra Krondstadt. Era natural e inevitable que el Krondstadt revolucionario se defendiera, y lo hizo, no sólo en nombre de sus reivindicaciones, sino también en nombre de los demás trabajadores del país que luchaban por sus derechos revolucionarios, arbitrariamente pisoteados por el poder bolchevique.
Su defensa resonó en toda la Rusia esclavizada, dispuesta a esclavizar su justa y heroica lucha, pero desgraciadamente impotente, pues entonces estaba desarmada, constantemente explotada y encadenada por los destacamentos represivos del Ejército Rojo y la Cheka, especialmente entrenados para aplastar el espíritu y la voluntad libres del país.
Es difícil evaluar las pérdidas de los defensores de Kronstadt y de la masa ciega del Ejército Rojo, pero sin embargo es seguro que hubo más de diez mil muertos. En su mayor parte, eran obreros y campesinos, los mismos a los que el Partido de la mentira había utilizado más para hacerse con el poder, engañándolos con promesas de un futuro mejor. Los había utilizado durante años únicamente para sus propios intereses partidistas, con el fin de desarrollar y perfeccionar su omnipotente dominio de la vida económica y política del país.
Kronstadt defendía todo lo mejor de la lucha de los obreros y campesinos en la revolución rusa contra la oligarquía bolchevique. Por eso este último exterminó a los kronstadts, en parte inmediatamente después de su victoria militar, el resto en sus casamatas y calabozos, heredados del orden zarista y burgués. De los que consiguieron llegar a Finlandia, muchos siguen internados en campos de concentración. Entendida así, la jornada del 7 de marzo debe aparecer como un momento dolorosamente sentido por los trabajadores de todo el mundo. No sólo entre los trabajadores rusos hay que revivir el doloroso recuerdo de los revolucionarios de Kronstadt que perecieron en la lucha y de los supervivientes que se pudren en las cárceles bolcheviques. Pero no es con lamentos como se resolverá la cuestión: además de la conmemoración del 7 de marzo, los trabajadores de todos los países deben organizarse en todas partes, tanto por los crímenes cometidos por el Partido Comunista Ruso en Kronstadt, contra los obreros y marineros revolucionarios, como por la liberación de los supervivientes encuadrados en las cárceles bolcheviques y encerrados en los campos de concentración de Finlandia.
Nestor Makhno Dielo Trouda, n°10, marzo de 1926, pp.3-4.
FUENTE: Union Régionale FA Sud-Aquitaine
Traducido por Jorge Joya
Original: www.socialisme-libertaire.fr/2016/07/a-la-memoire-de-l-insurrection-de