Liberaremos a las mujeres del estancamiento de la mediocridad.
Desde el momento de nuestra existencia hemos llevado un registro de las actividades del movimiento feminista a favor de la causa antifascista y de la revolución española.
Nos alegramos de haber iniciado y organizado en gran medida este movimiento. Antes de la creación del grupo Mujeres Libres, todo el trabajo social estaba en manos de algunos grupos republicanos, y el movimiento feminista desempeñaba un papel muy secundario. No tenía ningún poder real para ir más allá de las líneas de la costumbre tradicional.
La organización de mujeres antifascistas se ha dedicado al servicio de la guerra, sin reserva de orientación ideológica o revolucionaria.
Mujeres Libres ha cumplido sus compromisos. Aparte de nuestras publicaciones mensuales, han surgido en todas partes grupos de mujeres que han organizado activamente su actividad de acuerdo con los objetivos revolucionarios del proletariado.
Hemos logrado despertar en las mujeres la conciencia vital del movimiento. Las hemos convencido de que la actividad aislada y puramente femenina es ahora imposible, que deben ver todo desde el ángulo de las aspiraciones humanas integrales de emancipación, que sólo pueden realizarse en una revolución social. Todo ello hace necesario que sumemos nuestros esfuerzos a los de los trabajadores que defienden nuestra causa común.
Ya podemos empezar a recoger el fruto de nuestro trabajo. En Cataluña, en Valencia, en Alicante, en Madrid, en Guadalajara, en las ciudades y pueblos del Sur, en toda la España libre del yugo fascista, podemos contar con grupos activos de mujeres. Fieles a sus conceptos libertarios, trabajan de forma independiente, adaptándose ellas mismas y su actividad a las circunstancias y al entorno. Trabajan activa y eficazmente por la guerra, de forma coordinada, sin descuidar al mismo tiempo la tarea de educación y desarrollo cultural. Sólo con esta actividad nuestro movimiento constituirá un factor eficaz en la futura construcción de la Sociedad.
Y todo se hace con un entusiasmo y un dinamismo, nunca sospechados por los cultivadores de la literatura de la "pasividad" femenina.
Estamos satisfechos con los resultados obtenidos. Hemos empezado con buen pie. Hoy nuestra organización tiene una personalidad propia reconocida, que ningún revolucionario sincero en el campo de batalla antifascista puede poner en duda.
Lucía Sánchez Saornil