Sobre la esclavitud moderna - Lysander Spooner

Lysander Spooner (1808-1887): Nacido en 1808 en el noreste de Estados Unidos, fue uno de los grandes pensadores anarcoindividualistas estadounidenses. Abogado de formación y profesión, se hizo conocido en las filas de los activistas abolicionistas por la virulencia de su oposición a la esclavitud. Spooner defendía lo que llamaba "Derecho Natural" -o la "Ciencia de la Justicia"-, en el que los actos de coacción real contra las personas y sus bienes se consideran "ilegales", mientras que los llamados actos "fuera de la ley", cuando no infringen los derechos naturales de los demás y sólo violan la legislación de un solo hombre, no son ilegales.

Con el tiempo, la clase ladrona o esclavista -que se había apoderado de toda la tierra y poseía todos los medios de creación de riqueza- empezó a comprender que la forma más fácil de gestionar y sacar provecho de sus esclavos no era, como en el pasado, poseerlos por separado, teniendo cada propietario tantos esclavos como ganado; que era mejor darles la libertad justa para que fueran responsables de su propia subsistencia y, sin embargo, obligarles a vender su mano de obra a la clase de los terratenientes -sus antiguos amos- de los que recibirían a cambio justo lo que éstos quisieran darles.

Por supuesto, como estos esclavos liberados (como algunos los han llamado erróneamente) no tenían tierras ni otras propiedades, ni medios de subsistencia, no tenían otra opción, si no querían morir de hambre, que vender su trabajo a los terratenientes, a cambio de las necesidades más crudas de la vida; y a veces por menos.

Estos esclavos liberados, como se les llamaba, no eran menos esclavos que antes. Sus medios de subsistencia eran quizá más precarios que antes, cuando todos tenían un propietario interesado en mantenerlos vivos. Estos antiguos esclavos corrían el riesgo de ser despedidos, expulsados de sus hogares, privados de empleo, e incluso de la posibilidad de ganarse la vida con su trabajo, si esto era el capricho o el interés del propietario. En consecuencia, muchos se vieron reducidos por la necesidad a mendigar o robar o morir de hambre, lo que, por supuesto, amenazaba la propiedad y la paz de sus antiguos amos.

En consecuencia, estos antiguos terratenientes consideraron necesario, para la seguridad de su persona y de sus bienes, perfeccionar aún más su organización como gobierno, y dictar leyes para mantener a esta peligrosa clase sometida; por ejemplo, leyes que fijaran el precio al que se les obligaría a trabajar, y que prescribieran castigos terribles, e incluso la muerte, para los robos y otros delitos que se les indujera a cometer, porque ésta era la única manera de que no murieran de hambre.

Estas leyes se aplicaron durante siglos, y en algunos países durante milenios, y se siguen aplicando hoy en día, con distintos grados de severidad, en casi todos los países del mundo.

El propósito y el efecto de estas leyes ha sido mantener en manos de la clase ladrona, o esclava, el monopolio de toda la tierra y, en la medida de lo posible, de todos los demás medios de creación de riqueza; y así mantener a la gran masa del pueblo trabajador en un estado de pobreza y dependencia que les obliga a vender su trabajo a sus tiranos por los salarios más bajos que puedan mantenerlos vivos.

El resultado ha sido que la poca riqueza que hay en el mundo está toda en manos de unos pocos, en manos de la clase que hace las leyes y es dueña de los esclavos; una clase que es hoy tan esclavista en espíritu como lo fue en el pasado; pero mientras que en el pasado cada uno mantenía sus propios esclavos como tantas cabezas de ganado, hoy esta clase logra sus propósitos por medio de las leyes que fabrica para mantener a los trabajadores en sujeción y dependencia.

Así, toda la legislación, que hoy alcanza proporciones tan gigantescas, tiene su origen en las conspiraciones que siempre han existido entre unos pocos para mantener a los muchos sometidos, para extorsionarles su trabajo y todos los beneficios de su trabajo.

Los verdaderos motivos y el espíritu que hay detrás de toda la legislación -a pesar de todos los pretextos y disfraces con los que intentan cubrirse- son los mismos hoy que entonces y que siguen siendo. Todo el propósito de la legislación es simplemente mantener a una clase de hombres en subordinación y servidumbre a otra clase de hombres.

¿Qué es entonces la legislación? Es la asunción por parte de un hombre o un grupo de hombres de un poder absoluto e irresponsable sobre todos los demás hombres a los que logran subyugar. Es la toma, por parte de un hombre o un grupo de hombres, del derecho a someter a todos los demás hombres a su voluntad y servicio. Es la toma, por parte de un hombre o un grupo de hombres, del derecho a abolir de un plumazo todos los derechos naturales, toda la libertad natural de los demás hombres; a hacer a todos los demás hombres sus esclavos; a dictar arbitrariamente a todos los demás hombres lo que pueden o no pueden hacer; lo que pueden o no pueden tener; lo que pueden o no pueden ser. Es, en una palabra, tomarse el derecho de desterrar de la tierra el principio de los derechos humanos, el principio mismo de la justicia, y poner en su lugar su propia voluntad, su placer y su propio interés. Todo esto, nada más y nada menos, es inherente a la idea misma de que pueda haber una legislación humana que obligue a aquellos a quienes se les impone.

Lysander Spooner

Traducido por Jorge Joya

Original: www.partage-le.com/2015/01/27/de-lesclavage-moderne-lysander-spooner/