Hace unos días vi The Matrix Resurrections. La inteligencia artificial se resiste a pasar de moda. ¿Veremos algún día inteligencias artificiales generales? No sabría qué decir. Sólo que algo inteligente es algo que razona, pero los seres humanos somos más que seres que razonan: somos seres que sienten. Y mezclamos los pensamientos con sentimientos. ¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos sentimientos? No seríamos humanos. ¿Podrán las máquinas sentir algún día? ¿Se puede programar, por ejemplo, la compasión? ¿Se puede dejar en manos de un algoritmo el decidir que alguien viva o muera?
La mayoría de los seres humanos buscamos maximizar nuestra comodidad. El progreso nos permite llevar vidas cómodas. Pero... ¿hasta dónde debe llegar la comodidad? Ahora todo lo tenemos a golpe de clic. Quién sabe si en el futuro lo tendremos todo a golpe de onda cerebral... ¿A dónde nos llevaría eso? ¿Estamos preparados para las tecnologías que inventamos? Sentir el ¡eureka! está muy bien, pero... ¿y las consecuencias? No se pueden preveer todas las consecuencias de lo que inventamos e integramos con buena intención en nuestra sociedad. Actualmente debe haber millones de personas adictas al móvil, a Internet, a las redes sociales y al WhatsApp.
Muchas personas tienden a automatizar los procesos, es una consecuencia lógica de querer ser organizadas. La empresa DeepMind quiere "resolver la inteligencia". El siguiente paso sería automatizarla y explotarla en masa. Con la creciente digitalización, big data y penetración gradual de la inteligencia artificial en la sociedad corremos el riesgo de acabar automatizando las decisiones. Ya se está haciendo, y seguramente en más ámbitos de los que pensamos. Podríamos volvernos, en un futuro no muy lejano, perezosos intelectuales y adictos tecnológicos. ¿Quién puede pasar hoy día sin su móvil o sin Google para buscar algo?
Y quién sabe si también corremos el riesgo de ceder nuestra capacidad para decidir y actuar moralmente a algoritmos programados para aplicar justicia con fría precisión matemática. Nos volveríamos vagos morales, perderíamos nuestra esencia. Una humanidad gobernada por algoritmos, que ha cedido sus mayores soberanías, la intelectual y la moral... a algoritmos inteligentes.
Pienso que, tal vez, el camino de la inteligencia artificial sea un camino que lleve a un callejón sin salida. Y eso que soy informático y me gusta la tecnología. Pero la humanidad está avanzando progresivamente en esta nueva rama de la ciencia. A dónde nos llevará... nadie lo sabe.