Los planes alrededor del pandemonium han puesto en evidencia las flaquezas del comprender humano.
Ya sabrán que en el devenir del mundo en este momento, en lo relacionado con el pandemónium, encontramos individuos, en todos los continentes, que sobreestiman o afirman francamente la existencia de la enfermedad o los riesgos de esta. Aunque haya hechos diarios que refuten la manera de entender esta realidad, numerosos grupos de personas insisten en estimar lo contrario.
Porque esto es así?
En estas tres cuestiones que nos ofrece V.A.G.F. nos aclara este fenómeno.
V.A.G.F. no es profesor licenciado en psicología de la Unversidad de Harvard, en EE. UU. Y desde su óptica particular nos entrega alguna llave que nos ayude a comprender por que la mente va en contra del sentido común, aunque suene inverosímil.
Frente a la duda, el comportamiento estándar es fiarse de los prejuicios y pensamientos propios
En un ambiente confuso, nos inclinamos por lo mas estable y por las señales externas que nos marquen un camino, que cuanto mas se acerque a lo conocido mejor nos hara sentir, aun cuando ese sendero sepamos que es resbaladizo o represente una imagen distorsionada de un suceso.
Los eventos por los que atravesamos ( las políticas desquiciadas en torno al pandemonium) es un teatro ideal para aferrarnos a miedos poco pensados, pensamientos erróneos, juicios preestablecidos y otros, ya que en estos últimos tiempos nos han bombardeado con información incierta, y no consensuada.
Donde y para que dio comienzo la enfermedad? Cuanto tiempo mas nos mantendrán en la incertidumbre? Sera posible obligar a la población a vacunarse? Porque nos dicen que los sanos son asintomáticos? Porque nos asustan si la inmensa mayoría evoluciona favorablemente y muy pocos fallecen?
No hay respuestas que nos satisfagan a estas preguntas mucho menos si las esperamos de los lideres en el poder que en teoría deberían tranquilizarnos. Y esto es lo que hace que pensemos en conspiraciones sobre este fenómeno y que no lo explica la naturaleza de esta enfermedad. Sino solo el catastrofismo que inunda la información de la sociedad contemporánea, entre otras cosas.
Aun así, el miedo invocado por esta información sobrepasa nuestro umbral de seguridad y buscamos respuestas y datos en lugares que ya sabemos que tienen un amplio historial de mentiras y que cobran por decir ciertas cosas y no otras.
Ni siquiera la inteligencia sirve de filtro para separar y evaluar tantas manipulaciones
Hay muchos estudios psicológicos que han descubierto que las facultades de la inteligencia y el discernimiento pueden opacarse en un entorno de miedo, falsedad, autoritarismo y opresión.
Si, por ejemplo el objeto de ataque son las horas extras en el trabajo pueden ,a través de la demonización en lo medios y redes sociales mediante falsedades, multas, y miedos cambiar tu percepción sobre el trabajo duro. Pasaras de creer que el trabajo duro contribuye a la realización y la riqueza a ser estigmatizado por quitarle el trabajo a los demás y te multaran si te ven trabajando o te insultaran o te harán culpable del desempleo. Y es ahí cuando tu creencia cambia y adoptaras la que te indiquen, en este caso que trabajar mucho es malo para el mercado laboral y por ende para la sociedad.
La elección de las fuentes de información
El siguiente párrafo es de fuente para mi desconocida y no puedo citarla. La expongo porque para cerrar es muy valida.
Si bien en nuestra época parecería que informarse es una de las acciones más sencillas del mundo, lo que ocurre es más bien lo contrario. El supuesto “paraíso” de la información inaugurado hace unas décadas con la irrupción de Internet y los medios digitales ha resultado más bien un pandemónium, es decir, un caos en el que informarse no es ni sencillo ni inmediato.
La multitud de medios que ofrecen contenido, el fenómeno de la viralización, la influencia de grandes compañías y otros grupos de poder en la información que circula cotidianamente, las carencias personales que conducen a una falta de criterio son sólo algunos de los varios factores que hay que tomar en cuenta para saber si, cuando tenemos acceso a un medio de información, nos estamos informando o estamos consumiendo algún tipo de contenido que más bien nos dejará una versión distorsionada de la realidad.
En ese sentido, si de verdad queremos estar informados es necesario hacer el esfuerzo de, por lo menos:
- Interesarse por la diferencia que existe entre diversas fuentes de información (diferencia de enfoque, posición política, maneras de presentar la información, etc.).
- Consultar diversas fuentes de información.
- Corroborar los hechos en fuentes confiables no en las oficiales (y, en ese sentido, saber qué hace confiable a una fuente).
- Ante la duda, buscar evidencia fáctica del hecho en cuestión.
- Aprender a investigar seriamente un hecho.
Además de otras conclusiones, estos puntos nos hacen ver que la inteligencia, el entendimiento, el juicio y la capacidad de conocer la realidad, aunque decididamente humanas, son habilidades que es necesario cultivar, entrenar y mantener siempre a punto, advertidos del hecho de que incluso nuestra percepción de un hecho puede estar equivocada.