El otro día estaba leyendo en meneame noticias sobre las inversiones de grupos extranjeros en España, y las justificadas quejas de muchos sobre lo indeseable que es y como nos está afectando. Cuando iba en el coche más tarde, escuche un anuncio en la radio en el que una conocida inmobiliaria animaba a inversores chinos a participar con ellos en la "inversión" en patrimonio. Está claro que en este país no existe ninguna vergüenza a la hora de hacer público que se está jugando con los intereses de una mayoría de la población que además está llegando a un punto crítico de subsistencia en cuanto a la vivienda. Cuando vi el buzón de propaganda me encontré una octavilla que fue lo que me hizo pensar en escribir esto.
Quizás el hecho de que gocen de tanta impunidad sea parte del motivo que estén proliferando de esta manera, si existiese cierto temor a represalias sociales seguramente estos inversores se andarían al menos con más cuidado, porque nadie quiere seguramente que relacionen tu negocio con este tipo de actividades.
La tendencia actual de las elites es que visto que invertir en el sector productivo ya no es tan rentable, han invadido el sector doméstico hasta situarnos en una posición de regresión hacia el feudalismo, que la mayoría trabaje para que unos pocos puedan vivir sin hacer nada útil. Por supuesto en tiempos de democracia todo esto viene aderezado con la terminología adecuada para ocultar lo que sucede, diversificación de carteras, inversión inmobiliaria.
Los gobiernos tienen muy claro que no les interesa poner tasas a la vivienda como producto de inversión, demasiados amigos y mucha presión, pero está claro que frenaría la especulación de golpe, hasta que los ciudadanos no empiecen a apretar esto solo va a ser cada vez más común.