"Lo que es, es, y lo que sea, será." (Parafraseando a Mota)

De inicio declaro que mis intereses son de izquierdas, que voy a generalizar y que seré partidista.

Que creo que a veces hay hechos y situaciones sociales importantes que son muy evidentes, pero que permanecen invisibles para la mayoría de la población. Bien por ceguera o por la creencia de que conviene que sea así para beneficio de los intereses y propósitos personales.

Que creo que la lucha política se ha convertido en una guerra mediática en que vale todo para ganar. Se engaña, miente, tergiversa, lo que haga falta más allá de cualquier escrúpulo o criterio ético para desprestigiar al contrario, conseguir más votantes o asegurar los probables. 

El problema para mi es que por este camino la derecha tiene todas las de ganar puesto que sus votantes o simpatizantes aceptan este planteamiento con tal de que ganen los suyos. Para estas personas estos métodos no menoscaban ningún criterio previo y creo que la mayoría está totalmente de acuerdo con ellos, incluso hacen invisible la corrupción. Rebotando por medio del cinismo (otra herramienta aceptada) las críticas a estos procedimientos. El votante de derechas admite cualquier método que lleve al éxito de los suyos y al fracaso de los contrarios. Los intereses básicos para votar a derechas suelen ser económicos y es por ello que no se contradicen ni con la corrupción ni con estos métodos (están implícitos en el fin).

Por el contrario la mayoría de los votantes de izquierdas por su propia ideología no admite estos métodos ni esta situación de vale todo. La trampa es discutir cualquier menoscabo a la coherencia, honestidad y honradez. Al votante de derechas le trae sin cuidado la honestidad y la honradez pero las utiliza con todo cinismo para encerrar en un círculo vicioso al oponente. El votante de izquierdas lucha por no admitir que se utilicen. Pero esta lucha es un acicate para la derecha "ahí, ahí es donde duele" provocando a propósito con las calumnias, tergiversaciones y exageraciones, discusiones estériles, dudas infundadas y vericuetos que no llevan a ningún lado extraviando al que los sigue. 

De paso todo este embarramiento contribuye y fomenta la equidistancia como virtud cívica. "El que no nos vote por escrúpulos al menos que no se vaya al otro lado".

Detrás y por encima del escenario mueven los hilos los grandes intereses económicos. Cada uno a su modo, como ha sido habitual. Financian partidos, campañas, contracampañas, personas, recursos según crean conveniente. En el juego de estos grandes intereses a veces quedan resquicios por los que se pueden cambiar algo las cosas para beneficio de la mayoría (voten a quien voten). Pero para entrar por estas ventanas de oportunidad tiene que haber grupos dispuestos a atravesarlas.