Estoy asombrado, sorprendido y asqueado por la falta de humanidad.
Centenares de noticias y de editoriales cargan contra la mujer que protagoniza un relato de maltrato por parte del que fuera su pareja.
Politizado completa y tristemente por la derecha y por la izquierda, que atacan a todo aquel supuesto "pringado" que crea un mínimo del relato de ese ser humano que expone su historia.
España no parece muy dividida en este asunto, todos están de acuerdo en que "sí, sí, mucho lloro pero no me creo mucho lo que la señora Rocío dice en la tele, con su peinado de lujo y su vestido de ricachona, y con esa edición de película que tiene el documental, que seguro que es todo un montaje"
Recuerdo hace un par de años cuando repusieron un documento en vídeo preguntando por la calle a gente de los años 90 sobre qué les parecía las situaciones de las agresiones machistas que empezaban a salir en los medios de comunicación en aquella época y cómo las respuestas eran bastante sorprendentes vistas hoy en día, para mal, del tipo: esas cosas se solucionan en casa, estas situaciones son normales... Me sorprendí a mí mismo recordando que antes era normal.
Hace un par de semanas descubrí que Netflix había hecho un documental sobre Nevenka Fernandez, y recordé aquellos años en los que se criticaba a la pobre chica por denunciar el acoso sexual que recibía del respetable señor alcalde "con todo lo que había hecho él por la ciudad". Me sorprendo descubriendo hoy en día que la pobre Nevenka se tuvo que ir al Reino Unido porque le afectó su denuncia hasta el punto de no poder encontrar un trabajo en su tierra.
No me considero para nada un hombre especialmente feminista, de hecho he criticado bastante que el Ministerio de Igualdad se lleve un presupuesto quizás demasiado alto (todo es relativo) dadas las circunstancias actuales del país. Sin embargo...
...estoy asombrado, sorprendido y asqueado por la falta de humanidad.