El resultado de las elecciones del domingo han sido un desastre para la izquierda, ergo un desastre para su paladín (Podemos).
Las perspectivas eran malas con un gobierno de la derecha reaccionaria condicionado por VOX en el horizonte. El hecho de que no se vaya a materializar es un motivo de alivio, pero no podemos estar contentos.
El futuro gobierno del PSOE podrá utilizar las mayorías asimétricas, adoptando medidas económicas apoyadas por Cs (y quizás PP, PNV y JxC) y el resto de medidas apoyadas por Podemos y otros partidos. Las patronales del empresariado y el IBEX ya se han posicionado a favor del pacto PSOE-Cs. Veremos que pasa con los presupuestos (allí tendrá que posicionarse con un partido o otro y eso puede ser el abrazo del oso para uno o ambos partidos).
Podemos ha pasado de 5 millones de votos a 3,7 millones de votos (en unas elecciones en las que la participación se ha incrementado) y ha pasado de 71 diputados a 42 diputados. Un fracaso en toda regla no se puede comparar con los partidos grandes que van a la baja con la entrada de nuevos partidos. Y es un fracaso porque la caída se produce por méritos propios no se puede buscar al culpable en el exterior.
Entre otros factores se me ocurren los siguientes:
-Luchas intestinas mal resueltas: las diferentes defenestraciones y salidas del partido han estado mal hechas y/o mal explicadas.
-Renuncia a los principios: cuando Podemos irrumpió en el panorama político llevaba diversas reivindicaciones que ahora han desaparecido o parecen menos importantes.
-El líder: Pablo Iglesias no ha hecho lo que ha dicho, pregonaba una serie de cosas y ha hecho otras. Lo de la casoplón es poco coherente en un líder de un partido como Podemos.
-Temas boomerang: Hay ciertos temas que son utilizados contra Podemos por sus rivales, porque Podemos no se ha explicado bien o suficientemente, entre ellos estaría Cataluña, política de género y Venezuela.
Vienen 4 años sin elecciones en los que habrá que reestructurarse desde el punto de vista de liderazgo, programa y política de comunicación