El rey campechano abandona España. Humillado y cubierto de desohonor se va del pais cuyo nombre no se le cae de la boca. Se va y carga con la culpa y la vergüenza de forrarse a costa del chiringuito estatal. Mientras tanto, otros callan. Mientras tanto, otros se van de rositas. Porque Juan Carlos I cobraba por hacer de conseguidor e intermediario,así es. Y algunos exministros y expresidentes han tenido la desvergüenza de decir que trabajaba por España. Eso que los de siempre llaman España son las 4 empresas de siempre, los dueños del cortijo. Las mismas empresas a las que los ministros se van cuando cesan en el cargo. El rey trabajó para ellas, para conseguirles contratos y nos lo envolvieron en una bandera. Y los presidentes del gobierno que fueron y sus ministros lo sabían, lo apoyaban, lo entendían, lo callaron y nos lo ocultaron a los españoles. Porque España somos nosotros y cuando ellos hablan de España, hablan de otra cosa. Del gran chiringuito nacional. De la gran estafa continuada. Suma y sigue. Porque los de siempre siguen donde siempre y los/las españolitos gilipollas mientras tanto a cargar sus iras contra el viejo exmonarca. Mirad el trapito imbéciles. ¿Donde está la bolita?