Las zonas de credibilidad

Todo empezó, descansando en mi cama, reflexionando por qué mis padres se creían toda la basura de los voceros mediáticos del PP.

Era una cuestión de credibilidad, concluí. Y he aquí la razón de este breve artículo. Si yo os dijera que en cinco minutos va a haber una invasión extraterrestre y vas a encontrarte un/a/o alienígena detrás de ti, no me creerías: algo dentro de ti dice que algo así no es posible. Y este banal enunciado nos da la clave sobre la naturaleza de la credibilidad: se asemeja a una balanza. Si a continuación alguien publica que se ha detectado una señal proveniente de una civilización extraterrestre, la gente estaría más propicia a creerla sin contrastar la información.

 Lo creíble tiene que encontrarse dentro de los límites de lo posible, definido según nuestra experiencia. Y así funciona uno de los principios de manipulación más repugnantes de la humanidad: calumnia a alguien hasta los límites de lo no creíble, pero esa mentira afectará suficientemente su percepción para que una calumnia menor sea creíble.

Continuará...